HUEVOS CON HUELLA, devorar el arte

HUEVOS CON HUELLA, devorar el arte

Título original: Uovo con impronta. Consumazione dell’arte dinamica del pubblico. Divorare l’arte. El arte contemporáneo llevado a extremos insólitos y delirantes. Autor: Piero Manzoni, 1960 Museo: Museo del Novecento, Milán (Italia) Técnica: Escultura Performance (5,6 x 8,2 x 6,8 cm.)

Piero Manzoni (1933 – 1966) fue uno de esos «nuevos realistas franceses» aunque era italiano y hacía arte conceptual… Contradicciones del arte contemporáneo. Siguiendo esa frase de Kurt Schwitters que dice: «Todo lo que escupe el artista, es arte», Manzoni consideró el cuerpo del artista como productor de arte, por lo que todo lo que saliera de él sería una obra, ya fuera aliento, excrementos, e incluso la simple firma o su huella dactilar, colocada sobre cualquier cosa.
Hasta ese extremo llegaría el delirante arte de Manzoni, hoy figura respetada en los círculos más serios del arte… hasta marcar con su huella dactilar cosas para convertirlas en objetos de arte (y así venderlas a un precio mucho mayor, que ahí está la perversión de todo esto).
Manzoni le dio todavía otra vuelta al asunto… ¿Y si el público come uno de estos objetos marcados por el artista? ¿Deja el objeto de ser arte? ¿O quizás lo sigue siendo durante todo el proceso digestivo? Si es así, podríamos decir que hasta las personas que se comen este objeto se convierten ellas mismas en obras de arte.
El 21 de junio de 1960, se realizó la performance “Consumición del arte dínamica del público: devorar el arte”. Piero Manzoni imprime la huella de su pulgar sobre algunos huevos duros, ofreciéndoselos al público para comer. El que se comía uno de estos “huevos sagrados”, con ayuda de su sistema digestivo, entraba en comunión con la “magia del artista” y se convertía, por arte de magia, en obra de arte. Por supuesto, una vez digerida la obra y expulsada en forma de excremento, seguiría siendo arte. Y no cualquier arte… “Arte de Piero Manzoni”, nada menos.
Simplemente marcando unos cuantos huevos, Manzoni podría crear una lucrativa fábrica de excremento de artista, cosa que hizo, por cierto, y que como sabemos, está valorada hoy en día más o menos en 124.000 € cada lata de 30 gramos. La historia ocurre en 1961 cuando Manzoni puso sus propios excrementos en 90 latas de metal de 5 cm de alto y un diámetro de 6,5 cm y las etiquetó literalmente con las palabras «Mierda de Artista». Vendió cada lata al peso teniendo en cuenta la cotización de oro del día. Hoy podemos ver esas latas en instituciones tan prestigiosas como el Georges Pompidou de París, la TATE Gallery de Londres y el MOMA de Nueva York. En el año 2007 incluso se llegó a subastar un ejemplar en 124.000 €… Al final va a resultar que este tipo era un auténtico artista…
Reconozcamos que la cosa, aunque ciertamente extravagante, es revolucionaria. Puro arte conceptual para reflexionar sobre todo el ambiente artístico de la época: el cierre del sentido de la obra de arte, si el arte debe tener mensaje o ser “arte en sí mismo”, quién es artista, quién es el público, qué es la obra, porqué su gramo de excremento vale más que el mío…
Pero volviendo a esos primeros años 60, una cosa está clara: Manzoni tenía huevos.

(CC) Fulwood Lampkin, 10-01-2018 y Miguel Calvo Santos, 27-09-2016
https://historia-arte.com/obras/huevos-con-huella-devorar-el-arte
 

Dr. Francisco Moraga

Pediatra y especialista en nutrición